lunes, 22 de agosto de 2011

Manos limpias, ¿corazón limpio?


Inaceptable. ¿Porqué nadie dice nada?, es una ofensa total, y lo más grave es que lo hacen con una naturalidad descarada. ¿Y quieren enseñarnos como agradar a Dios?, ¡desafiando la ley!, no deberían permitírselos… si el hijo de José fuera profeta no lo permitiría. Alguien debería decírselo… “¡Rabí!, ¿Por qué tus discípulos quebrantan el mandamiento de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan.”

Y mientras los fariseos se escandalizaban porque a Pedro se le olvidó lavarse las manos, Jesús podía ver como las tradiciones habían usurpado el verdadero propósito de la ley: Saber como agradar a Dios… o en otras palabras, revelar el pecado. ¿Acaso serían condenados los discípulos de Jesús en el infierno por comer con las manos sucias? ¡Ni siquiera las leyes humanas condenan tal cosa! Era tal la rigidez en el cumplimiento de las costumbres, que se dejó de lado el propósito divino de la ley. Dios ordenaba honrar a los padres, y también ofrendar, los fariseos daban dinero a sus padres y decían que ésa era su ofrenda a Dios, ¡pretendían matar dos pájaros de un tiro!, se olvidaron que Dios mira el corazón, ¡El no puede ser burlado!

Sí, Dios mira el corazón. “No es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre, mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre”, “Pero lo que sale de la boca del corazón sale”, “de la abundancia del corazón habla la boca”. ¡A Dios no le interesan unas manos físicamente limpias, sino un corazón espiritualmente puro!, Jesús enseñó que no sólo nuestras palabras revelan el contenido de nuestro corazón, sino también nuestras acciones: “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias”. ¡Nuestra vida es un reflejo de nuestro corazón! David le pidió a Dios un corazón limpio, ¿Por qué?, ¡porque sus acciones revelaron en él un corazón sucio! Sus pecados le hicieron ver que necesitaba un corazón nuevo y limpio para que la presencia de Dios permaneciera con él. Es crítico que el creyente busque tener un corazón apto para Dios.

¿Qué dicen tus acciones de tu corazón?, ¿sientes que tu corazón no es lo que debería ser?, ¡Pide a Dios un corazón que le agrade a Él!, y una vez que Dios te de un corazón nuevo, ¡Guárdalo como un tesoro!, aléjate de todo lo que pueda contaminar tu mente, malas conversaciones, música del mundo, chismes, ¡ten cuidado en el internet! Mantén tu mente ocupada en las cosas de Dios, lee la biblia, ve a la iglesia, haz buenas obras, predica el evangelio, ¡Que tu corazón siempre esté preparado para Dios!

Esteban24

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